Y es que el cambio de formato en la construcción de la ciudad puede generar grandes beneficios, como el reducir los tiempos de traslado, optimizar el uso de infraestructura existente como redes de energía eléctrica, agua, drenaje, e incluso el transporte público, sin embargo, aunque los edificios altos tienden a ser llamativos y pueden atender a cierto público en específico, hay otros formatos de edificación que podrían ser más benéficos para un mayor número de población. 

Estos serían los edificios medianos. Edificios de tres, cuatro o cinco niveles, que puedan ser desarrollados en diversas zonas de la ciudad, en donde además se puedan generar diversidad de usos en los mismos, por ejemplo: comercio en planta baja, oficinas en segundo nivel, y viviendas en el resto de los niveles. Esto permitiría a las personas poder tener un acceso más cercano a trabajos, comercios, vivienda y otros servicios, reduciendo la necesidad de realizar traslados largos.

La existencia de edificios medianos en diferentes zonas de las ciudades favorecería, además, el crear diversos nodos, también llamado “policentrismo”, de modo que la mayoría de servicios, comercios y trabajo no estén concentrados en una sola zona.