Hermosillo

Boulevár Kino vs Vildósola

Por Jesús Félix Uribe García

La llamada “vocación” de los espacios urbanos resulta, entre otras causas, de sus relaciones con el exterior. Resulta del contacto cotidiano que le va dando calidad urbana, y de los intereses materiales que vuelven atractiva la inversión en infraestructura e instalaciones. Así se va construyendo la ciudad. Esto nos lleva a ver la calidad urbana de los dos espacios propuestos en esta entrega, el bulevar Eusebio Francisco Kino, al norte de la ciudad, y el bulevar Agustín de Vildósola, al sur. 

Colonia Pitic en sus inicios

El 18 de marzo de 1945, inauguraron la Colonia Pitic. Un desarrollo urbano de alto nivel para una población que no llegaba a los cuarenta mil habitantes. Dícese que el proyecto del general Abelardo L. Rodríguez, como gobernador del Estado, 1943-1949, para industrializar y modernizar a Hermosillo, atrajo inmigrantes de otras partes del país, entre ellos de la Ciudad de México. Dícese que los roces con los vecinos fueron bastante agresivos y tuvieron que construir su propio espacio. Para la inauguración, la colonia contaba ya con una veintena de elegantes residencias, la iglesia, calles pavimentadas con sus camellones y los servicios de agua, electricidad y alumbrado público. La Colonia Pitic le dio un nuevo sentido al tramo de la carretera Internacional, que la limitaba en su lado sur. Años después, lo habilitarían como el actual bulevar Eusebio Francisco Kino.

Los estadounidenses han visitado la ciudad desde hace bastante tiempo, ingresando a la ciudad, obviamente, por el acceso norte. En febrero de 1936, varios vecinos de los Estados Unidos hicieron el viaje desde Nogales, Arizona, a Hermosillo en viaje por carretera. El objetivo, era pasar los días de carnaval en nuestra ciudad. En marzo de 1940, una caravana formada por una veintena de automóviles, fueron vistos en la aduana de Nogales, Sonora, preparándose para realizar el viaje al puerto de Guaymas, con una breve estancia en Hermosillo. El movimiento turístico, ya sea a Hermosillo o de paso por la ciudad hacia otros destinos, jaló la vista de los inversionistas del ramo y, el 14 de febrero de 1957, inauguraron el Hotel-Motel Gándara a unos cuantos kilómetros de la salida hacia el norte y en pleno monte. Esta es la primera instalación hotelera del futuro bulevar Kino, inicio de su actual “vocación”.

Perspectiva del Hotel-Motel Gándara. Perspectiva de Héctor Rivas

El Plan Hermosillo

El “Plan Hermosillo”, instrumentado por el licenciado Luis Encinas como gobernador del Estado, (1963-1969), contempló y realizó la ampliación de la entrada norte, obras en proceso en agosto de 1963, “…desde el Hotel-Motel Gándara hasta el principio del Boulevard ‘Abelardo L. Rodríguez’ se intensificaron hoy cuando, con el uso de equipo pesado y la colaboración de agentes del Departamento de Tránsito se aceleró la obra.” Con la habilitación del bulevar Kino, integraron el citado Motel a la ciudad.

En estos años, los hoteles de la ciudad abrieron sus puertas en el centro de la ciudad, por lo que el despacho “Ramos y Hermosillo”, de Mexicali, Baja California, proyectó y construyó dos importantes hoteles en el bulevar Kino. El Hotel Valle Grande, hoy Holiday Inn, que abrió sus puertas en junio de 1970. Un interesante proyecto que incorporó materiales regionales, el ladrillo de Querobabi, y el concepto del “Landscape”, del paisajismo. A fines de 1981, inauguraron el Hotel Holiday Inn, hoy fiesta Americana, primera torre sobre la citada avenida. Diez años más tarde, inauguran el Hotel Araiza Inn. Todo esto, mientras a lo largo de la rúa completaban el ambiente restaurantes de muy buen nivel. Para cerrar el cuadro, bastante incompleto por cierto, en 1995 concluyeron la construcción de la Torre Hermosillo, un edificio de diez y seis pisos.

Imagen del Palo Verde en 1974

La ciudad responde a los “estímulos” del exterior. Moldea sus espacios conforme las comunicaciones, en este caso terrestres, intervienen en su cotidianidad. Es la relación entre el espacio interior y exterior, el que va dando la calidad urbana a cada uno de sus sectores. Recordamos aquí el libro de Le Corbusier, “Por las cuatro rutas”, en las que analiza la estructura de la ciudad en relación a sus formas de contacto con el mundo, las rutas terrestres, marítimas, pluviales y aéreas. Son los conductos que llevan y traen, desde noticias e imágenes hasta productos industriales y comerciales. Este movimiento explica las imágenes que vemos por todos los rumbos de la urbe, como lo acabamos de ver en la comparación de los dos accesos a Hermosillo. Ambas se relacionan con actividades económicas, el turismo y la industria, que intervinieron el espacio.

“Las familias en toda clase de vehículos, durante el día y la noche se vienen a la ciudad, con sus familiares o amistades para hacer de su uso personal las regaderas de los baños…”. Subrayamos la línea, “vienen a la ciudad”.

A principios de los setenta, aun no consideraban a los barrios del sur, como parte de la ciudad.”

Autor:
Jesús Félix Uribe García
Arquitecto Urbanista

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