Historia
La Arquitectura mexicana: Post Revolución
Por Jorge Sugich
A lo largo de la historia, la arquitectura ha tenido grandes cambios significativos en cuanto a su forma y objetivos. Momentos históricos han marcado la pauta para que el ingenio de los creadores se modifique y se acomode a los tiempos. Uno de los giros más importantes en la historia de la arquitectura en México fue sin duda, la revolución mexicana, la cuál inició el 20 de noviembre de 1910.
Porfirio Díaz y Palacio de Bellas Artes: méxicodesconocido.com.mx
Una nueva modernidad europea en México
La Ciudad de México es uno de los ejemplos más claros de cómo en el país se transformó la arquitectura en una mucho más monumental que engrandeció los hogares, edificios gubernamentales, teatros y zonas comerciales bajo estilos derivados de una nueva modernidad europea en México.
En 1910, la revolución mexicana contempló cambios de gran importancia, no sólo políticos, si no también sociales y culturales.
Estos se manifestaron en diferentes disciplinas como por ejemplo la pintura, en la cual se constituyó el muralismo. Así también fue como la arquitectura se sumó al movimiento revolucionario tomando las riendas en decisiones que hasta hoy en día rigen la arquitectura moderna.
Una de estas fue dejar atrás, junto con el porfiriato, la idea de que los estilos y la estética se consideraban más importante que la funcionalidad de las obras arquitectónicas.
Así fue como los edificios institucionales y los proyectos de vivienda en México comenzaron a sumarse a la renovación que vivió en ese entonces el país.
UNAM: María González
Fue en los años de 1917-1920 cuando se empezó a olvidar el eclecticismo de Porfirio Díaz y el nacionalismo tomó fuerza en México. Durante este periodo encabezado por Venustiano Carranza, uno de los grandes objetivos que se buscaron era acabar con la imitación de las corrientes europeas y hacer protagonista a todo lo creado en México, dándole valor a la cultura propia de los mexicanos.
La arquitectura prehispánica y la colonial fueron las corrientes que más se adaptaron a las necesidades de ese tiempo. Los elementos prehispánicos estuvieron presentes entre las grecas y taludes de los nuevos diseños.
El estilo nacionalista puso al indígena como actor principal y héroe de la historia que las obras contaron. El objetivo principal de esta corriente era empapar la arquitectura con una identidad propia del país y dejar de lado todo lo que venía del extranjero.
Así fue como llegaron a las obras arquitectónicas mexicanas elementos como las columnas en forma de serpientes, texturas de piedra, azulejo vidriado poblano, molduras de madera, entre otros que vemos hoy en día, y que son grandes características representativas de nuestra cultura y nuestro país, aquí y fuera de él.
Autor:
Jorge Sugich