Urbanismo

El potencial urbano de Hermosillo

Por Hugo Moreno Freydig

En nuestra ciudad, quienes somos profesionistas de la construcción, sabemos del potencial que tiene Hermosillo para detonar desarrollo económico y social. Potencial que requiere ser detonado. Pero no solamente pensando en impulsar la creación de empleos, que en sí ya es un indicador importante, sino en que seamos una sociedad más avanzada.

Antiguamente, en vez de la palabra “desarrollo” se utilizaba “crecimiento” como medida de que tan bien avanza una ciudad, sin embargo, con el tiempo hemos aprendido que el mero crecimiento, a costa de los recursos naturales, la salud mental de su población y del tiempo y espacio, no es un avance que valga la pena mantener.

Así fue como Hermosillo se encontraba creciendo, sin límite aparente, sin ordenamiento del territorio y sin pensar en las necesidades de las personas. Los años pasaban y la mancha urbana se expandía, de manera horizontal, insostenible y creando fraccionamientos lejanos e inhabitables, que al paso de cinco a diez años terminaron en colonias “fantasma”, donde el acceder a alimentación nutritiva, educación, servicios de salud, recreación y actividad física era inaccesible.

Esto, aunado a la larga distancia que se debía viajar diariamente para ir al trabajo, ir a la escuela y a hacer compras cotidianas, crearon las condiciones apropiadas para que las personas decidieran abandonar su vivienda y buscar otra casa donde vivir junto a sus familias.

Y es que el tiempo de traslado y la dificultad de acceso generan un detrimento en la calidad de vida de las personas; tiempo que, a la larga, cobra factura en salud física y mental, así como en cohesión social.

Antiguamente, en vez de la palabra “desarrollo” se utilizaba “crecimiento” como medida de que tan bien avanza una ciudad, sin embargo, con el tiempo hemos aprendido que el mero crecimiento, a costa de los recursos naturales, la salud mental de su población y del tiempo y espacio, no es un avance que valga la pena mantener.

Así fue como Hermosillo se encontraba creciendo, sin límite aparente, sin ordenamiento del territorio y sin pensar en las necesidades de las personas. Los años pasaban y la mancha urbana se expandía, de manera horizontal, insostenible y creando fraccionamientos lejanos e inhabitables, que al paso de cinco a diez años terminaron en colonias “fantasma”, donde el acceder a alimentación nutritiva, educación, servicios de salud, recreación y actividad física era inaccesible.

Esto, aunado a la larga distancia que se debía viajar diariamente para ir al trabajo, ir a la escuela y a hacer compras cotidianas, crearon las condiciones apropiadas para que las personas decidieran abandonar su vivienda y buscar otra casa donde vivir junto a sus familias.

Y es que el tiempo de traslado y la dificultad de acceso generan un detrimento en la calidad de vida de las personas; tiempo que, a la larga, cobra factura en salud física y mental, así como en cohesión social.

Fue así que, con el pretexto de la “modernidad” se comenzaron a construir distribuidores viales en nuestras calles, pensando que eso generaría una mejor movilidad para la población hermosillense, sin embargo, se ha visto que resulta justo lo contrario. El optar por las millonarias inversiones en construcción de “puentes” vehiculares, así como la ampliación de vialidades para albergar más carros, como lo sucedido en la Pino Suárez, ha generado una demanda inducida, que lejos de favorecer la movilidad de Hermosillo, han generado más tráfico vehicular. Esto debido a que, en vez de invertir en transporte público eficiente y de calidad que permita a las personas tener opciones para moverse, el destinarle millonarios recursos a pavimentación, ampliación de calles y creación de distribuidores viales, solo crea mayor carga a la red vial, en vez de solucionar el problema de raíz.

En movilidad se dice: “Ampliar las calles para evitar la congestión vehicular es como aflojar el cinto para evitar la obesidad”.

Y ahí reside el potencial que tenemos. Justo estamos en un sitio que cuenta con importante inversión económica, donde nos acercamos al millón de habitantes y necesitamos dejar de pensar que somos una ciudad pequeña.

Como se ha visto en años recientes, cada vez más edificios verticales se construyen en Hermosillo, que habrán de albergar una importante cantidad de viviendas y oficinas, lo cual es un indicio inicial de desarrollo, dejando de lado la idea antigua de construir en la periferia. Eventualmente habremos de entender que el siguiente paso de este potencial es la creación de desarrollos mixtos de mediana altura.

En muchas ciudades a lo largo del mundo, incluso dentro de nuestro país, tienen ya experiencia con la creación de estos espacios mixtos, donde se combinen departamentos, oficinas, comercios y espacios públicos en zonas que se encuentren completamente inmersas en la mancha urbana, en donde se encuentra ya disponible, y de manera cercana, sitios de compra, educación, salud, servicios públicos y otras amenidades.

Y, por supuesto, para dotar de acceso y accesibilidad universal en Hermosillo debemos promover y exigir a las autoridades que los servicios de transporte sean eficientes y de calidad, para que todas las personas podamos gozar nuestro Derecho a la Movilidad.

Como profesionistas de la industria de la construcción, nuestra labor es de suma importancia, debido a que la construcción de la ciudad, desde la escala micro a través de garantizar la accesibilidad en las banquetas y rampas de nuestras obras acorde a la normativa, y hasta la escala macro, donde el urbanismo se desarrolla de manera sectorial, y donde puede afectar, para bien o para mal, a cientos o miles de personas.

Pensemos de manera individual y colectiva en el futuro de nuestra ciudad. Veamos los ejemplos internacionales y sus casos de éxito. Desechemos las viejas ideas y detonemos el potencial de Hermosillo, porque nosotros ayudamos a construirlo.

Pensemos de manera individual y colectiva en el futuro de nuestra ciudad. Veamos los ejemplos internacionales y sus casos de éxito. Desechemos las viejas ideas y detonemos el potencial de Hermosillo, porque nosotros ayudamos a construirlo.

Autor:
Hugo Moreno Freydig
Arq; M.C; MSc.

Arquitecto, Maestro en Ciencias Ambientales y activista por la movilidad sostenible, accesibilidad universal y seguridad vial. Cofundador del despacho de urbanismo y arquitectura: UrbanDot.mx

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