Uno de los dueños del negocio La Barra Hidalgo, Jorge Luis Porchas nos buscó para ver cómo podríamos restaurar la fachada del Edificio. Empezamos a trabajar en conjunto con el INAH (siendo un edificio histórico) para tramites, tipos de materiales permitidos, estrategias constructivas y preservación de elementos existentes históricos; este proceso tomó cerca de un año.
Durante ese año empezamos a trabajar en una propuesta para ampliar el negocio del bar y se hizo un diseño y proyecto ejecutivo por parte del despacho que posteriormente se tomó la decisión de manejarlo como un bar independiente y nos enfocamos primeramente en la restauración de la fachada y remodelación del interior de La Barra Hidalgo.
La restauración de la fachada fue un proceso tedioso. Empezamos con las molduras, inyectábamos alcohol para abrir las grietas de la moldura, dejábamos cal hidratada por 24 horas y la inyectábamos. Dejábamos pasar otras 24 horas para que agarrara fuerza la moldura, ya que todas las molduras estaban restauradas y fuertes. Tuvimos que poner unas tipo “cachuchas” protectoras de madera arriba de cada moldura para protegerlas de las demoliciones de los enjarres.
Muchas zonas de la fachada se tuvieron que reconstruir por completo dado al mal estado del edificio; toda la fachada fue restaurada con cal.
Al mismo tiempo, estábamos diseñando y remodelando varias áreas del interior. Algunas zonas de los baños fueron remodeladas, cambiamos tuberías, muebles, hicimos reacomodos, abrimos áreas, este proceso fue de mucha planeación ya que es un negocio activo que no podía cerrar. Tuvimos que trabajar por áreas. Afortunadamente nunca fue necesario cerrar el negocio por la remodelación.
Nuestro énfasis en cuanto el diseño era crear un mayor impacto con el edificio y empezamos a trabajar en un diseño de iluminación, ver opciones de colores en el exterior. Hasta se hizo una campaña publicitaria para tomar la decisión del color exterior de LA BARRA HIDALGO. Es un edificio histórico, pero también es un negocio nocturno, entonces el color luce muy diferente cuando está el lugar cerrado de día a como cuando está abierto de noche. La iluminación es esencial para cualquier proyecto, pero sobre todo este y pensamos que el resultado fue muy positivo.
Nos sorprendió lo pendiente que estaba la gente en Hermosillo con la remodelación y no nomás en redes sociales. Mucha gente llegaba contenta a la obra, al ver la restauración de este edificio histórico. Es un lugar muy reconocido en nuestra sociedad y que ha funcionado por más de 15 años y tratamos de respetar la arquitectura de la fachada original del edificio, de cuando fue el Banco de México aquí en Hermosillo.
En el diseño interior cambiamos colores, pusimos un tapiz de época, cambiamos la iluminación y restauramos algunos muros y elementos arquitectónicos del lugar. Para nosotros era muy importante crear un impacto, empezando con lo que es la “barra” de servicio, que es de los elementos que más lucen en el interior, la restauramos e hicimos una nueva propuesta de color, utilizamos un color azul rey que le daba un toque un poco más de época, elegante y contemporáneo, quisimos hacer un contraste visual en esa área de la barra. Tú al entrar puedes ver ese contraste, la barra con el mural.
Se propuso algo diferente, queríamos mantener la esencia del concepto “cantina”. Colocamos un azulejo cerámico cuadrado, se contrató a un artista y amigo mío, Iván López. Empezamos sacar ideas, primeramente, de la técnica que se usaría, en este caso fue diseño monocromático en negativo. Se consiguió un cerámico negro opaco para que lienzo de pintura destacara más con su brillo y se diseñaron dos murales que donde estés sentado en la barra aprecias diferentes detalles de esta obra; para mí como arquitecto es importante (sobre todo para negocios) hacer algo distinto que ningún otro negocio lo tenga, que el diseño que propongamos tenga algún elemento original, que identifiquen al negocio de nuestros clientes por ese elemento.